| Zulma | |
| |
| Aventura | Los Jinetes del Terror |
| Nombre Real | Zulma (apellido desconocido) |
| Nacionalidad | India |
| Primera Aparición | MEX 0390, COL 0380 |
| Última Aparición | MEX 0416, COL 0406 |
Zulma, la Dama de las Serpientes, es la villana principal de la aventura "Los Jinetes del Terror". Nunca averiguamos mucho acerca de su pasado, pero de alguna manera que desconocemos desarrolla una intensa afinidad con cualquier tipo de serpientes, las cuales maneja a su antojo.
Su carácter es dominante y extremadamente manipulador, y eso combinado con unos poderes de clarividencia y hechicería cuyo origen desconocemos y el carácter de su amante Radamés, esencialmente un niño malcriado que creció acostumbrado a salirse con la suya en cualquier situación pero en realidad un cobarde lleva a pensar que Radamés es el dueño real de una mansión que ambos comparten en Zarebo, quizá por herencia, y que Zulma se alió con él y se convirtió en su amante para compartir su riqueza y sus sirvientes. Esto sin embargo es solo especulación. Lo que sí es cierto es que Zulma es el cerebro detrás de la creación de los Jinetes del Terror. Una mujer intensamente ambiciosa, Zulma decide hacerse con las riquezas del templo de la diosa Kali en el monte Karfum, en la India. Para lograr esto tiene que apoderarse de siete llaves que siete monjes guardan en diversos sitios de los alrededores de Calcuta. Ella misma no está en capacidad de obtener las llaves, así que convence a Radamés que tolere que Fako, un comerciante de Calcuta, se convierta en su amante.
Zulma obnubila cada vez más a Fako con sus encantos, y eventualmente lo convence que ellos son los elegidos para abrir el templo de Kali y apoderarse de las joyas que allí se guardan. Fako se convierte entonces en un criminal, y siempre siguiendo las "sugerencias" (en realidad órdenes) de Zulma convierte a un grupo de malhechores en excelentes jinetes y los entrena para manejar armas blancas como expertos. Los Jinetes del Terror se convierten en unas máquinas de matar, unos seres que la población de muchos poblados indios considera espectros y que siembran el terror y la muerte dondequiera que van. Los Jinetes del Terror, comandados por Fako mismo o por un subalterno suyo, Jalfo, consiguen seis de las siete llaves del templo y asesinan a los monjes que las cuidan, y Fako va llevándoselas una a una a Zulma, siempre buscando su amor.
Cuando tiene seis llaves en su poder Zulma decide que no soporta más las constantes exigencias de amor de Fako y decide matarlo antes de tiempo, es decir antes de que consiga la séptima. Sin embargo comete el error de encomendar el asesinato a un nuevo criado al que salvó la vida, Kalimán, quien viene siguiendo el rastro de los asesinos y quien además es un antiguo amigo de Fako. Kalimán obviamente se rehusa a asesinar a Fako, y en vez de eso lo pone al tanto de la situación revelándole que Zulma tiene otro amante, Radamés, que su hija Yadira, quien Zulma afirmara había muerto a consecuencia de la mordida de una serpiente está viva y prisionera de Radamés, y lo más importante, que Zulma le dió órdenes a él mismo, a Kalimán, de asesinarlo. Cuando Fako averigua todo esto monta en furia y regresa a la habitación de Zulma con la intención de matarla, a pesar de que Kalimán intenta impedirlo. Nunca llega a cumplir su objetivo: sin que Fako lo sepa Radamés está en ese momento en la habitación de su amante escondido tras un cortinaje, y antes de que Fako pueda asesinar a Zulma le lanza a él un puñal a la espalda, matándolo.
Una vez Fako (y también Jalfo) han muerto, Zulma se convierte en la jefa de los Jinetes del Terror, ahora abiertamente. Lo primero que les ordena hacer es apoderarse de la séptima llave del templo de Kali, pero como el monasterio donde esa llave se guarda está situado cerca del templo de Kali ella misma y Radamés los acompañan en su misión. Obtener la séptima llave prueba ser muy difícil, y Zulma solo logra su objetivo obligando a Kalimán a ayudarla (para lograr esto amenaza la vida de Solín y Yadira). Sin embargo eventualmente se hace con la séptima llave y deja a Kalimán y a sus amigos en las ruinas del monasterio creyendo haberlos asesinado. En realidad este no es el caso, Kalimán sobrevive una vez más su ataque.
Después de muchas vicisitudes, Zulma y sus cómplices entran por fin al templo de Kali, donde uno a uno sus sirvientes y los Jinetes del Terror son víctimas de las múltiples trampas que encierra el lugar. A medida que pasa el tiempo y más y más de sus cómplices van muriendo se hace más aparente la gran diferencia entre los carácteres de Zulma y de su amante, Radamés: Zulma es una mujer muy decidida que no se arredra ante nada, muy valiente también. Radamés no lo es, es un hombre débil y cobarde que en más de una ocasión decide huir del templo; sólo la sonrisa mordaz de Zulma logra retenerlo junto a ella. El amor que los dos personajes aparentan sentir el uno por el otro es también fingido, en realidad a la primera oportunidad piensan traicionarse.
Zulma y Radamés, a diferencia de todos sus sirvientes y de los Jinetes del Terror logran sobrevivir las muchas trampas del templo de la diosa Kali y llegar hasta el salón central, el sitio donde se guardan los tesoros.
Zulma intenta hacerse con el mayor número de joyas posible, pero en ese momento Kalimán, quien los ha seguido y en su condición de séptimo descendiente de la dinastía de la diosa Kali lanza un grito que aparentemente despierta la diosa. Radamés muere destrozado entre los brazos de la estatua de Kali, que por un momento parece llenarse de vida. Zulma intenta escapar llevándose las joyas, pero ante el grito de Kalimán éstas se convierten en serpientes venenosas que muerden a la mujer, matándola. Con esto Kali defiende una vez más la integridad de su templo sagrado.