PERSONAJES[]
- Nícolos
- Kalimán
- Solín
- Tiburón Blanco
- Neptuno
- Calypso
- Venus
- Centauros
- Galo
- Calígula
- Poseidón
- Leonidas
- Aristos
- Halcón Rojo
- Monstruo Marino
- Eolo
- Príncipe de los Pájaros
- Princesa de los Pájaros
- Rey de los Pájaros
- Reina de las Sirenas
- Cíclopes
- Príncipe de los Cíclopes
- Dios Búfalo
- Rey de los Cíclopes
- Tara
- Pegasos
- Amazonas
- Iliana
- Reina de las Amazonas
- Telma
- Gorilas
- Esqueletos Vivientes
- Caronte
- Hermes
- Zeus
- Hércules
- Hombres-Águila
- Lechuza Guardiana
- Pulpo Gigante
- Hechicera de los Dioses
- Júpiter
- Marte
- Vulcano
- Tortugas Gigantes
- Grifo
- Fedra
- Pájaros de Fuego
- Buitres Guardianes
Otros dioses que se mencionan son Atenea, la diosa de la sabiduría y madre de Calypso, y Apolo, el dios de la belleza. Sin embargo estos personajes no participan significativamente en la aventura.
LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA[]
- Islas del mar Egeo, Grecia
- Un mundo que recuerda a la mitología griega
ARGUMENTO[]
Kalimán y Solín, de visita en Grecia, deciden aceptar la invitación de un viejo amigo de Kalimán, un magnate naviero llamado Nícolos, de hacer un crucero de placer entre Atenas y Creta a bordo de un lujoso velero llamado el "Venus". Uno de los objetivos del viaje es capturar a un gigantesco tiburón blanco para llevarlo de vuelta a Atenas y entregarlo al acuario de la ciudad. Después de varios días de travesía, los marinos del Venus avistan al gigantesco tiburón e intentan capturarlo, pero el animal se revuelve contra ellos y amenaza con devorarlos. Kalimán se lanza al mar y lo impide, teniendo luego que luchar mano a mano contra el tiburón. Eventualmente consigue guiar al animal hacia una trampa de redes tendida por los marinos, y así el tiburón blanco cae en manos de Nícolos y su tripulación. Uno de los marinos del velero sin embargo advierte que el tiburón blanco es sagrado y que capturándolo Nícolos y Kalimán han ofendido a Neptuno, el dios del mar. Inicialmente nadie da crédito a sus palabras, pero pronto se desata una feroz tormenta que hace naufragar al velero y deja en libertad al tiburón blanco, quien procede a devorar a Nícolo y a toda su tripulación. Entre las olas Kalimán descubre la figura del dios Neptuno que ríe divertido.
Kalimán y Solín sobreviven el naufragio y pasan dos días y dos noches aferrados a un madero flotando en el mar. Eventualmente las corrientes marinas los llevan a una isla donde lo primero que ven es a tres hombres intentando ahogar a una hermosa mujer en el mar. Esto es algo que Kalimán no puede permitir, y a pesar del cansancio se lanza contra ellos, quienes insisten que las órdenes de alguien a quien llaman Poseidón se tienen que cumplir. Kalimán termina haciéndolos huir, y la muchacha se presenta como Calypso, hija de Zeus y Atenea, y huye sin dar más explicaciones. Kalimán queda increíblemente confuso, pues los nombres que Calypso dio son todos nombres de dioses de la mitología griega, y habiendo visto dos días antes a Neptuno en acción Kalimán empieza a sospechar que ha llegado a un lugar poblado por dioses mitológicos. Sus sospechas se confirman cuando encuentra la estatua de la proa del velero "Venus" semienterrada en la arena de la playa y esta cobra vida ante sus ojos y se convierte en Venus, la diosa de la belleza y el amor. La deidad dice que en agradecimiento por haber salvado a Calypso ha decidido advertirle de cuidarse de Poseidón, quien ahora lo perseguirá para vengarse. Luego Venus se pierde de nuevo en el mar. Solín mientras tanto encuentra una pulsera de oro en el sitio donde Calypso se debatiera con sus captores, y Kalimán la guarda para intentar devolvérsela a la muchacha.
Kalimán y Solín pasan las próximas horas comiendo frutos frescos y recuperando sus fuerzas, pero son atacados con flechas por un grupo de centauros, seres mitad humanos y mitad caballos. En campo abierto Kalimán está muy en desventaja, así que junto a Solín corre hacia la selva perseguido por los centauros que son mucho más rápidos que ellos. En la selva Kalimán logra esconderse y capturar a uno de los atacantes, quien después de ser sometido revela que piensan que son aliados del dios del mal, Poseidón, y el padre de los dioses, Zeus, los recompensará por su captura. Eventualmente el centauro logra liberarse de Kalimán y reunirse con sus congéneres en la espesura, y Kalimán logra que le pierdan el rastro en la selva. Después de deambular por muchas horas, Kalimán y Solín descubren a un grupo de doncellas que veneran la estatua del dios Zeus, pero cuando ellas se percatan de su presencia huyen y llaman a lo que resulta ser la guardia real de un palacio en el que habita el soberano de aquellas tierras, un hombre llamado Galo que resulta ser arrogante y pertinaz y no cree que Kalimán se haya encontrado con la diosa Calypso o que no sea un esbirro del dios del mal, Poseidón. Galo ordena la muerte inmediata de Kalimán, pero este lo llama cobarde e insiste en pelear por su vida. Galo y los ancianos del templo hacen traer entonces a un gigantesco luchador llamado Calígula para que luche contra Kalimán y ejecute la sentencia. Kalimán sin embargo logra vencer a Calígula, y el rey vuelve a ordenarle a sus soldados matarlo. Kalimán recurre al hipnotismo para dominar a los soldados, pero en un momento de descuido Galo mismo se lanza contra él para apuñalarlo. Kalimán se defiende con una llave de judo que lanza a Galo al aire, lo que enfurece al rey aún más. Por medio del hipnotismo Kalimán hace creer a los soldados que vuela por los aires y sale por una ventana, pero en realidad él y Solín se escabullen del palacio y roban una carreta tirada por caballos para escapar. La soldadesca los descubre, y se inicia una persecución que solo termina cuando Kalimán y Solín saltan de la carreta en una zona polvorienta y burlan así a sus perseguidores, que continúan tras la carreta. De vuelta en la selva, Kalimán y Solín encuentran a un joven centauro en peligro de muerte por haber caído en un pantano, y a su madre, que desesperada no sabe cómo ayudarlo. Kalimán utiliza el tallo de un junco para ayudar al joven a salir, y los dos, agradecidos, acceden a llevar a Kalimán y a Solín en sus espaldas un buen trecho en dirección al mar.
Al mismo tiempo, muy al norte, el dios del mal, Poseidón, observa las hazañas de Kalimán, primero salvando a Calypso de las manos de sus propios hombres, y luego escapando de la corte del rey Galo y ayudando al joven centauro. Si bien Poseidón es un poderoso hechicero, está envejeciendo, y para recuperar su juventud y fuerza necesita a un humano a quien robárselas, y escoge a Kalimán para eso. Luego utilizando su hechicería se convierte en buitre y vuela al encuentro de Kalimán. Cuando está cerca de él cambia de forma nuevamente y toma la forma de un anciano que finge estar ahogándose en un río. Kalimán salta a salvarlo y permite que el anciano se aferre a sus espaldas, pero cuando llegan a tierra el supuesto anciano se aferra con cada vez más fuerza a Kalimán y por medio de un potente acto de hechicería le roba la juventud y la fuerza. Luego, ante los ojos del aterrado Solín, Poseidón recupera su forma verdadera, y se aleja convertido en vampiro, sin que Kalimán, muy debilitado, pueda evitarlo. Minutos después Kalimán y Solín son visitados de nuevo por la diosa Venus, quien les explica que Poseidón le ha robado a Kalimán su juventud y su fuerza, y éste envejecerá y morirá al cabo de tres meses. La única manera de evitarlo es viajando hacia las llamadas Islas del Norte donde habita Poseidón y arrancarle un medallón que lleva al cuello. Sin embargo, hasta ese momento ningún mortal ha podido llegar hasta ahí.
Kalimán y Solín llegan sin más contratiempos a la costa, donde encuentran a un grupo de marinos que entristecidos esperan la muerte de su capitán, quien ha sido mordido por una serpiente venenosa y se debate entre la vida y la muerte. Leonidas, uno de los marinos, le informa a Kalimán que el grupo se dirige a las Islas del Norte para dar muerte a Poseidón y reclamar una cuantiosa fortuna ofrecida por el dios Zeus por su muerte. Al escuchar esto, Kalimán decide unirse a ellos. Al amanecer corre la noticia de que el capitán ha muerto, y uno de los marinos más agresivos, un hombre llamado Aristos se autoproclama nuevo capitán y amenaza a cualquiera que cuestione su liderazgo. Leonidas intenta enfrentarse contra él, pero es vencido fácilmente, así que Kalimán lo reta por el derecho a ser capitán. El marino no tiene más remedio que aceptar, y luego de salir derrotado desarrolla un odio profundo contra Kalimán.
Más tarde ese día el barco zarpa con dirección al norte. Al cabo de dos días, Solín descubre un halcón rojo que apenas puede mantenerse en vuelo por haber sido herido con una flecha en un ala. El ave termina cayendo al barco y los marineros intentan matarla, pero Solín se interpone y salva su vida antes de sacarle la flecha y curar sus heridas. Muy a sorpresa del muchacho, el halcón rojo le agradece a Solín hablando, pero cuando Solín intenta mostrarle ese portento a Kalimán, el ave calla y se rehusa a hablar; más tarde le dice a Solín que solo hablará con él. Al quinto día de navegación el barco entra en un banco de niebla y Aristos, deseoso de venganza y creyéndose protegido por la niebla, llega junto a Solín y lo tira al mar antes de que el muchacho pueda reaccionar. Kalimán escucha el grito de su amigo, pero sin saber lo que ha pasado no puede encontrarlo. El halcón rojo es quien salva a Solín: para entonces ya se ha recuperado de sus heridas y puede volar, así que le lanza a Solín una de las cuerdas que penden de las velas del barco. El muchacho logra asirse a ella, y termina siendo siendo izado por Kalimán a cubierta. Kalimán intuye inmediatamente que el culpable del suceso es Aristos e inmediatamente lo confronta, pero antes de que pueda hacerle nada un nuevo peligro sale del mar: un gigantesco monstruo marino parecido a un pulpo del tamaño del barco mismo y provisto de un solo ojo que amenaza hacer zozobrar la embarcación. En medio de la conflagración, el halcón rojo vuelve a hablarle a Solín y le informa que el punto débil del monstruo es su único ojo, y sin decirle cómo lo sabe el niño le pasa la información a Kalimán, quien le lanza un madero al ojo del monstruo. Herido de muerte, éste se zafa del barco y retorna a su mundo submarino. Notando la valentía de Aristos contra el monstruo y la necesidad que hay de mantenerlo a bordo, Kalimán decide no castigarlo por el atentado a Solín.
Al sexto día de navegación el dios Neptuno se percata de la presencia de Kalimán y Solín en la embarcación, y como los odia a los dos por su atentado contra el tiburón blanco, despierta al dios de los vientos Eolo, y con él desencadena una furiosa tempestad que amenaza hacer zozobrar el barco y que fuerza al halcón rojo a alejarse volando, muy a disgusto de Solín. Para protegerse de los feroces vientos, Kalimán decide guiar la embarcación hacia arrecifes costeros que la protegen del viento. El barco sobrevive la tormenta, pero su casco queda seriamente averiado y Kalimán tiene que detenerse en una isla cercana para hacer reparaciones. Mientras que Kalimán y los marinos cortan árboles para obtener madera con la cual reparar la embarcación, Solín descubre una hermosa ave e intenta capturarla. El ave, disgustada, revolotea y a propósito va llevando a Solín hacia la selva del interior de la isla, donde las plantas parecen cobrar vida y atrapan al niño con sus raíces. Leonidas se percata de la desaparición de Solín y le avisa a Kalimán, quien se lanza en su búsqueda aunque Leonidas intenta detenerlo advirtiéndole que el interior de la isla es extremadamente peligroso. Ante la ausencia de Kalimán, Aristos decide volverse a proclamar capitán del barco y obliga a trabajar a los marinos a más velocidad con intenciones de terminar de reparar el barco y alejarse de la isla antes de que Kalimán y Solín regresen. Kalimán encuentra a Solín y lo libera, pero entonces los dos oyen los gritos de una mujer que pide ayuda. La encuentran atrapada como Solín, y cuando la liberan la mujer exige que Kalimán se convierta en su esposo. Kalimán se niega, y entonces un muro de zarzales espinosos crece súbitamente alrededor de él y de Solín, dejándolos atrapados. La mujer se convierte en una hermosa ave capaz de hablar y pronto se reúne con quien dice ser su hermano, el príncipe de los pájaros la misma hermosa ave a la que Solín intentara atrapar antes. Kalimán escapa de su extraña prisión prendiéndole fuego a los zarzales, pero el príncipe de los pájaros reúne a una gigantesca bandada de aves que se lanzan contra los fugitivos y los obliga a huir en dirección a un pantano. Kalimán y Solín caen en el pantano y se hunden rápidamente, y cada vez que intentan hacer algo para escapar son atacados por nubes de pájaros que se lo impiden. Para evitar morir, Kalimán termina rindiéndose al príncipe de los pájaros, quien envía dos gigantescas águilas para que saquen a Kalimán y a Solín del pantano y los lleve a las cumbres más altas de la isla donde son encerrados en jaulas. Allí tienen una audiencia con el Rey de los Pájaros, una gigantesca águila que los condena a convertirse en alimento para sus polluelos. Al mismo tiempo en la costa los marinos terminan las reparaciones del barco y se disponen a zarpar, pero Leonidas destruye las provisiones de agua y obliga a sus compañeros a quedarse en la isla un día más mientras las reemplazan, dando tiempo a que Kalimán y Solín regresen. Kalimán y Solín escapan de su jaula, pero son descubiertos por los pájaros, quienes los hacen caer a un abismo. Cuando están cayendo son rescatados pos las mismas águilas de antes, quienes los llevan a un nido en lo alto de un risco donde tienen que enfrentarse a polluelos hambrientos del tamaño de humanos. Kalimán decide que su única oportunidad de salvación es utilizar su capa como paracaídas y lanzarse junto con Solín desde lo alto. Solín cae en un lago y queda ileso, pero Kalimán se da un fuerte golpe contra el suelo de la isla que lo deja aturdido. Los pájaros descubren su escape y se lanzan contra ellos, y están a punto de acabar con los dos fugitivos a picotazos cuando aparece el halcón rojo amigo de Solín, quien intercede por ellos ante los demás pájaros. Con esto Kalimán y Solín quedan libres y regresan a la costa cuando sus compañeros están a pocos minutos de levar anclas. Kalimán retoma entonces su posición de capitán, muy a disgusto de Aristos.
La ruta más directa hacia las Islas del Norte donde habita Poseidón atraviesa una serie de islotes donde habitan sirenas, y a pesar de escuchar advertencias acerca de su peligrosidad y apremiado por el correr del tiempo Kalimán decide transitar por ahí, aunque sin informar a la tripulación de sus planes. Aristos escucha los planes de Kalimán y dedica los próximos días a incitar un motín, pero cuando por fin confronta a Kalimán se da cuenta que es demasiado tarde y ya han llegado a las islas de las sirenas. Kalimán reparte cera entre la tripulación para que se tapen los oídos, pero él mismo no se la coloca pues quiere descubrir el misterio de las mujeres-pez. Pronto empiezan a escucharse los cantos de las extrañas sirenas, y aunque inicialmente solo Kalimán los escucha y logra sobreponerse a sus efectos, eventualmente son tan fuertes que también la tripulación del barco los escucha, a pesar de los tapones de cera. Atraídos por los cantos, la tripulación entera del barco salta al agua y nada hacia las sirenas, mientras Kalimán atrapa a Solín, quien se disponía a hacer lo mismo, y lo ata a uno de los mástiles del barco. Eventualmente el canto empieza a hacer efecto en Kalimán, quien también termina lanzándose al agua, aunque aún mostrando alguna resistencia a su influjo y conminando a sus marineros a regresar. Impresionada por la resistencia de Kalimán una de las sirenas, la reina, se sumerge y utilizando un extraño caracol marino rompe por completo la resistencia de Kalimán. Ella y varias otras de las sirenas se sumergen entonces, y Kalimán y muchos de los marinos de la tripulación intentan seguirlas buceando en el mar. Pronto se les acaba el aire y muchos marinos mueren ahogados, pero cuando Kalimán está a punto de correr la misma suerte es rescatado por la Reina de las Sirenas y llevado a una cueva submarina donde todavía hay aire. Otros marinos incluyendo a Leonidas y a Aristos se quedan en los islotes, aparentemente con la mente obnubilada, mientras Solín permanece atado al mástil del barco. Eventualmente el niño se queda dormido y una bandada de buitres se acerca a él para atacarlo, pero son detenidos por el halcón rojo amigo del niño quien vuelve a salvarle la vida. Cuando Solín despierta el halcón rompe sus ligaduras y le ofrece acompañarlo de vuelta a la Isla de los Pájaros, pero Solín se niega y prefiere esperar el regreso de Kalimán. En la gruta submarina Kalimán recupera el sentido y la reina de las sirenas le explica que lo convertirá en su esposo, con el tiempo se convertirá en un hombre-pez. Kalimán inicialmente le sigue la corriente, pero pronto descubre que la entrada a la gruta está oculta en un laberinto de túneles submarinos en los arrecifes; sin conocer el camino nunca tendría el suficiente aire para lograr escapar. En un momento en que se ve solo, establece contacto telepático con Solín, quien así se entera de que su maestro aún vive y así puede despedirse del halcón rojo, quien sin lograr entender lo que sucede regresa a su isla. Eventualmente Kalimán finge escapar, y cuando la reina de las sirenas se lanza tras él, él la persigue, logrando llegar a través del laberinto de arrecifes a mar abierto. La reina de las sirenas ha colocado a un ejército se animales marinos vigilando la salida de los arrecifes, y sabiendo que le quedan pocos minutos de aire Kalimán se aferra al vientre de una tortuga marina que nada hacia la superficie y así logra llegar hasta ahí. Regresa nadando hasta los islotes y ahí encuentra a parte de su tripulación en proceso de convertirse en piedras. Desde un arrecife le ordena a Solín soltar uno de los botes salvavidas del barco, y cuando este es arrastrado por las corrientes a los islotes Kalimán lo llena con los miembros de su tripulación, todos paralizados. Ayudado por Solín iza el bote a cubierta e inmediatamente zarpa y se aleja del lugar, y a medida que la distancia a los islotes de las sirenas aumenta los marinos rescatados van recuperando poco a poco el conocimiento y su capacidad de movimiento. La reina de las sirenas descubre demasiado tarde que ha sido burlada y apesadumbrada mira al barco alejarse.
Eolo, el dios de los vientos, intenta de nuevo hundir el barco y lo aleja de su ruta, pero la pericia de Kalimán en el timón consigue mantenerlo a flote hasta que Eolo, cansado, decide desistir. La ruta hacia las Islas del Norte atraviesa por zonas habitadas por cíclopes, gigantes de un solo ojo, y cuando la tripulación le advierte a Kalimán el peligro que ellos representan este decide evitar por todos los medios acercarse allí. Poco después una intensa niebla se abate sobre el barco y les impide a los marinos calcular el rumbo del barco con seguridad, así que Kalimán decide anclar el barco para evitar acercarse a las islas de los cíclopes por error. Sin embargo los cíclopes descubren el barco, y uno de ellos nada hasta donde está y con sus manos troza la cadena del ancla. El barco empieza a flotar a la deriva sin que nadie lo note, y las corrientes lo acercan a las islas de los cíclopes hasta hacerlo encallar. Los daños no son graves, y cuando Kalimán se da cuenta de lo que ha sucedido ordena izar las velas y alejarse lo más rápidamente posible de ahí. Los cíclopes sin embargo se lanzan al ataque, y sobreviene una feroz lucha en la cubierta del barco en la que Kalimán logra tirar a varios cíclopes por la borda. El barco termina alejándose, pero después tiene que navegar por canales y sortear acantilados a los dos lados para salir del lugar. Los cíclopes, desde los acantilados, empiezan a lanzar rocas gigantescas que destrozan el barco y lo hacen zozobrar; Kalimán mismo recibe el golpe de una de esas rocas que lo hace perder el sentido. Muchos de los marinos mueren ahogados, y los supervivientes, incluidos Aristos y Leonidas, son hechos prisioneros por los cíclopes, quienes se proponen hacerlos trabajar como esclavos. Solín también es hecho prisionero y entregado como esclavo a un niño cíclope que lo usa como un juguete personal, aunque en una ocasión logra salvar a su "dueño" del ataque de una serpiente. Kalimán, sin sentido, es arrastrado por las olas hasta una playa donde despierta rodeado de cangrejos carnívoros de los que logra escapar fácilmente. Poco después encuentra a los sobrevivientes de su tripulación y descubre como los cíclopes entregan a uno de los suyos como sacrificio humano a un búfalo gigantesco que veneran como a un dios. Aristos decide entrevistarse con el rey de los cíclopes para denunciar la existencia de Kalimán diciéndole que si no lo atrapa, él se pavoneará de haber burlado a los cíclopes. Con esto convence al rey de intentar capturarlo, y luego le dice que puede utilizar a Solín como carnada; Aristos espera que a cambio de esta información el rey cíclope lo dejará en libertad. Los agentes del rey llegan hasta donde está Solín justo en el momento en el que el niño cíclope se dispone a sacarle uno de sus ojos para hacerlo más parecido a él, y cuando lo capturan lo lanzan encadenado al ruedo donde habita el rey búfalo. Kalimán se da cuenta de todo y no tiene más remedio que enfrentarse al gigantesco animal, al que vence retorciéndole el cuello ante la estupefacción de todos los cíclopes presentes. A partir de ese momento los cíclopes empiezan a venerar a Kalimán como su dios, aunque rehusándose a dejarlo escapar. Los miembros de la tripulación inicialmente se alegran de la victoria de su capitán, pero cuando descubren que este no puede hacer nada para liberarlos, influenciados por Aristos empiezan a dudar de él, aunque Kalimán insiste que solamente está ganando tiempo y que los liberará cuando pueda. En esta situación transcurren varios días en los que Solín le enseña rudimentos de lucha a su antiguo dueño y Kalimán les enseña varias cosas a los cíclopes para que vivan mejor y a cambio recibe a una doncella cíclope llamada Tara que se supone deberá convertirse en su esposa. Cuando encuentra una oportunidad para escabullirse de sus vigilantes, Kalimán busca a su tripulación y les ordena construir en secreto una balsa en los momentos en que tengan tiempo y esconderla entre los matorrales, mientras que él mismo construye una cabaña no lejos del río en la que dice que venera a sus dioses; en realidad él mismo y Solín se dan a la tarea de construir un túnel desde el piso de la cabaña hasta el río donde trabaja su tripulación. Al cabo de varios días, Tara se queja ante el rey cíclope diciéndole que Kalimán la desprecia, y el rey decide que esa misma noche le sacará un ojo para hacerlo más parecido a ellos mismos y así acepte a Tara. Kalimán acepta, pero le ordena a Solín avisarle a la tripulación que su escape se efectuará esa misma noche. Kalimán y Solín utilizan el resto de ese día para terminar de cavar el túnel, pero los cíclopes empiezan a sospechar que algo extraño ocurre y eventualmente irrumpen en la choza y descubren el túnel, aunque son demasiado grandes para pasar por el. El rey de los cíclopes decide dejar a un grupo de sus hombres vigilando la entrada del túnel, y con el resto corre hacia la tripulación de Kalimán, convencido de que hacia allá se dirige Kalimán. Cuando ve venir a los cíclopes, Aristos convence a la tripulación de intentar escapar en la balsa sin esperar a Kalimán, sólo Leonidas se rehusa a huir con ellos y se esconde entre la maleza. Los cíclopes sin embargo pronto los descubren, y desde riscos al lado del río lanzan rocas gigantescas del mismo modo que hicieran antes, destrozan la balsa y matan a Aristos y a todos los miembros de la tripulación que viajaban en ella, quedando convencidos que Kalimán y Solín viajaban con ellos. Kalimán y Solín mientras tanto logran salir del túnel no lejos de donde está Leonidas, y cuando llega la noche se alejan del lugar a pie, bordeando la orilla del río.
Al otro día, después de muchas hors de camino, Kalimán descubre una manada de pegasos, caballos alados, pastando. Creyendo haber encontrado una manera de abandonar la isla decide intentar capturar uno, pero un grito de Solín y Leonidas espantan la manada, que se aleja volando sin que Kalimán logre capturar ningún animal. Kalimán encuentra a Solín y a Leonidas colgando boca abajo de un árbol: han caído en trampas preparadas por feroces mujeres guerreras, amazonas, que pronto los rodean y los amenazan con sus flechas. Una de las amazonas, una hermosa mujer llamada Iliana rompe las ligaduras que atan a Solín y a Leonidas y conduce a los tres prisioneros hasta una extraña aldea construida en lo alto de árboles gigantescos, hacia donde son izados por medio de canastos y dejados con abundante comida aunque sin posibilidad de escape. Iliana se entrevista entonces con la Reina de las Amazonas, una anciana que en su juventud fue abusada por hombres y que en consecuencia siente un fuerte odio hacia ellos. En consecuencia de una extraña epidemia algunos años antes en la aldea no hay hombres, y la Reina de las Amazonas ha entrenado a sus mujeres a ser feroces guerreras y a sobrevivir solas. Sin embargo saben que necesitan hombres para reproducirse y no desaparecer, y aunque la reacción inicial de la Reina es acabar con los hombres intrusos, eventualmente se deja convencer de Iliana para que los prisioneros puedan demostrar su destreza y salven sus vidas. Sobreviene una prueba de destreza en la que Kalimán, muy a sorpresa de las amazonas, prueba tener mejor puntería con arco y flechas que Iliana, y luego una feroz lucha contra una hábil luchadora llamada Telma a quien Kalimán vence sorprendiéndola con un beso. Durante la discusión que se inicia acerca de la suerte que les espera a los prisioneros un grupo de feroces gorilas se acerca a la aldea, amenazando con capturar una o varias amazonas para llevárselas a lo más profundo de la selva, como hacen todos los años. Kalimán sin embargo decide enfrentarse a ellos, y luego de una feroz lucha los gorilas son vencidos y no tienen más remedio que alejarse sin sus presas. La Reina de las Amazonas decide entonces liberar a los prisioneros y permitirles habitar entre ellas, pero poco después la diosa Venus vuelve a aparecer ante Kalimán y le recuerda que el plazo en el que perderá su juventud se acorta, deberá continuar su viaje muy pronto a bordo de un barco que encontrará en la costa. Kalimán se entrevista entonces con la Reina de las Amazonas y le informa que él y Solín no pueden quedarse, lo que ella acepta sin reparos. Leonidas sin embargo sí acepta la invitación de las amazonas para que habite en su aldea y se convierta en el padre de todos sus hijos.
Mientras tanto en las islas del Norte Poseidón recibe noticia de que Calypso, la hija de Zeus, navega por aguas cercanas y decide secuestrarla con el objeto obligar a Zeus a obedecer sus órdenes. Sabiendo que Calypso confía en Kalimán por haberla rescatado antes, Poseidón decide cambiar su cara por medio de la magia para parecerse a Kalimán, y con esa apariencia logra acercarse a la fuertemente custodiada nave de Calypso, mezclar a sus hombres entre los de la diosa, e iniciar un ataque por sorpresa para capturarla. El mensajero de los dioses, el dios Hermes, viaja entre la comitiva de Calypso, y Poseidón lo deja escapar para que informe a Zeus que un hombre llamado Kalimán ha secuestrado a su hija Calypso. Hermes llega al Olimpo y lo hace así, y Zeus ordena al más fuerte de los dioses, Hércules, que capture a Kalimán y lo lleve ante él. Poseidón mientras tanto lleva a la capturada Calypso a su refugio en las Islas del Norte.
El mismo día del secuestro de Calypso, en la Isla de los Cíclopes, Kalimán y Solín llegan a la costa y descubren una embarcación que aparentemente contiene solo esqueletos, aunque desde el primer momento les parece muy extraño que estén erguidos y no formando pilas de huesos. Sabiendo que este barco es el que mencionara la diosa Venus, Kalimán se hace con él y empieza a navegar hacia las Islas del Norte. Muy a sorpresa de Kalimán y Solín cuando cae la noche los esqueletos vuelven a la vida, y siendo inmunes al dolor logran vencer a Kalimán en la lucha que sobreviene. El capitán de los Esqueletos Vivientes le revela entonces a Kalimán que sus hombres sufren a causa de un hechizo creado por Caronte, el mensajero de la muerte, quien les envió agua en forma de lluvia que luego los convirtió en esqueletos. Amenazando con convertir a Solín también en esqueleto humano, el capitán le ordena a Kalimán buscar el refugio de Caronte en el Umbral de la Muerte y robar de allí el llamado Fuego de la Vida, lo único que les devolverá su forma humana a los esqueletos. Kalimán acepta el trato, y en el barco los esqueletos lo llevan a la isla donde se encuentra el Umbral de la Muerte. Guiado por misteriosos cantos mortuorios, Kalimán encuentra a un grupo de almas de muertos recientes que avanzan hacia el llamado Lago del Silencio, y mezclándose entre ellos aborda con ellos la barcaza en la que Caronte los transporta. Al otro lado del lago Kalimán logra escabullirse del grupo sin ser visto, y mientras las almas cruzan el Umbral de la Muerte, Kalimán se da a la tarea de encontrar el Fuego de la Vida. Eventualmente logra su objetivo, pero entonces es descubierto por Caronte. Kalimán le revela la razón de su visita al misterioso ser, y Caronte, enfadado de que alguien quiera deshacer un hechizo suyo, ataca a Kalimán, lo captura y lo echa a un pozo donde vigilado por serpientes deberá esperar el día de su muerte. Cuando Caronte se aleja, Kalimán utiliza un canto árabe para dominar las serpientes y salta fuera del pozo para regresar al sitio donde está el Fuego de la Vida, lo roba y empieza el largo camino de regreso al barco de los esqueletos vivientes en una barcaza que utiliza para cruzar de vuelta el Lago del Silencio. Caronte descubre el robo y ataca a Kalimán primero destruyendo la barcaza en la que va y luego haciendo caer una oscuridad impenetrable sobre el lugar. Kaliman logra nadar a través del Lago del Silencio sin dejar apagar el Fuego de la Vida y en la más completa oscuridad, y luego encuentra el camino de vuelta a la costa logrando llegar al barco de los esqueletos humanos antes de que estos ataquen a Solín. Luego, los esqueletos realizan una extraña ceremonia durante la cual el Fuego de la Vida les devuelve su apariencia humana y agradecidos se muestran dispuestos a acompañar a Kalimán en su viaje hacia las Islas del Norte. Aunque Kalimán acepta, el viaje nunca se llega a realizar, porque en ese momento Hércules aparece en un carruaje volador jalado por un pegaso y creyendo que se las ve con el secuestrador de Calypso ataca la embarcación causándole graves daños. Kalimán monta en furia ante lo que considera un ataque infundado, y así reta a Hércules a una pelea mano a mano para salvar las vidas de Solín y de su tripulación. La pelea que sobreviene es titánica, y si bien Kalimán logra hasta cierto punto resistir los ataques del dios de la fuerza, termina siendo derrotado. Cuando Hércules se dispone a matar a Kalimán, Solín intercede y primero lo convence de que es mejor llevarlo prisionero al Olimpo y luego de que lo lleve a él mismo junto a su amigo inseparable. Con esto Kalimán y Solín son llevados en el carruaje alado al Olimpo mientras los antiguos esqueletos humanos quedan libres para retomar sus vidas.
Hércules presenta a Kalimán y a Solín ante Zeus, quien los acusa de haber secuestrado a su hija Calypso. Kalimán declara su inocencia, pero Hermes testifica haberlo visto durante el secuestro de Calypso, lo que socava su posición ante Zeus. Kalimán alega entonces que él no pudo haber sido el secuestrador por haber estado ese día en los dominios de Caronte, así que deseando ser justo Zeus envía a Hermes a preguntarle a Caronte si lo que dice Kalimán es verdad. Hermes llega casi instantáneamente ante el mensajero de la muerte, pero Caronte, deseoso de tomar venganza contra Kalimán y sintiéndose humillado por su derrota, decide mentir y le dice a Hermes que no conoce a nadie llamado Kalimán. Justo cuando Hermes regresa e informa a Zeus, un mensajero de Poseidón llega con un mensaje: Poseidón confiesa tener prisionera a Calypso, pero alega que Kalimán se la vendió; muy pronto Zeus conocerá las condiciones para lograr su liberación. Con esto la culpabilidad de Kalimán queda demostrada, y Zeus lo condena a morir en las catacumbas del Olimpo. Kalimán insiste en su inocencia y se declara dispuesto a pelear para defender su libertad, pero Zeus lo ataca con una descarga magnética que instantáneamente lo deja sin sentido. Cuando ve que un grupo de soldados se llevan a Kalimán, Solín insiste en ir con él, a lo que Zeus no se opone. Los soldados, llevando a cuestas el cuerpo inerte de Kalimán, bajan escaleras interminables seguidos por Solín y se internan en una serie de cuevas en donde cuelgan a Kalimán de las manos a grilletes de acero que penden del techo; al salir causan un derrumbe que tapona la única entrada a la cueva. Mientras tanto, en la sala del trono Zeus se entrevista con sus consejeros, quienes le sugieren utilizar a los llamados hombres águila, feroces guerreros alados, para rescatar a Calypso. Sin embargo el intento de rescate liderado por ellos es un completo fracaso, pues uno de los guardianes secretos del palacio, una lechuza sometida al poder hipnótico de Poseidón, le informa a su amo de la llegada de los invasores casi inmediatamente. Con esto los invasores pierden la ventaja de la sorpresa, y cuando se inicia la batalla se dan cuenta que Poseidón y sus hombres los han estado esperando. La batalla que sobreviene es corta y brutal, y los hombres-águila son acabados a flechazos. Poseidón envía entonces su respuesta a Zeus: las cabezas de los hombres-águila y un mensaje en el que le exige abandonar el Olimpo y cederle su trono a cambio de la vida de Calypso.
Kalimán y Solín reciben mientras tanto una visita de la diosa Venus, quien le informa a Kalimán que fue Poseidón quien secuestró a Calypso haciéndose pasar por él y lo insta a no dejarse vencer por la adversidad. Solín le pregunta a la diosa por qué no informa a Zeus de su inocencia para que los saquen de ahí, pero Venus responde que ya el veredicto fue emitido y ella no puede oponerse a un edicto del rey de los dioses. Sin embargo antes de desaparecer le deja a Kalimán una pista en forma de un extraño comentario: "la verdad es como el agua, siempre termina por surgir aunque tenga que traspasar las rocas". Con esto, cuando Kalimán siente una gota de agua caer del sitio donde están atornillados los grilletes metálicos cae en cuenta de lo que tiene que hacer: balancearse vigorosamente confiando en que el techo de la bóveda esté reblandecido por los efectos del agua. Eventualmente uno de los grilletes se zafa del techo rocoso de la caverna y Kalimán logra apoyarse en el piso para arrancar el otro; luego se arranca los grilletes usando su fuerza prodigiosa. En la caverna donde están, Kalimán y Solín no descubren ninguna salida, pero Kalimán pronto se fija en el hueco que la caída de los grilletes dejó en el techo. Lanza a Solín hacia allá, y el muchacho trepa a través del hueco y le informa a Kalimán que hay un sistema de túneles parecido al de abajo. Kalimán salta entonces hasta el techo, pasa a la caverna superior y junto a Solín se da a la tarea de encontrar una salida. Eventualmente Kalimán descubre un río subterráneo que eventualmente se hace más profundo. Intentando nadar en él los dos amigos son atacados por un pulpo gigante al que Kalimán vence luego de una lucha feroz. La presencia del pulpo le indica a Kalimán que están nadando hacia el mar, así que él y Solín continúan nadando y caminando por muchas horas intentando encontrar una salida.
Zeus mientras tanto recibe un mechón de pelo de Calypso acompañado de un ultimátum de Poseidón: o le cede su trono en el Olimpo antes de tres días o Calypso morirá. Su respuesta es inmediata: sabiendo que no puede cederle su trono al dios del mal, se lo dice así en otro mensaje amenazándolo con todo el poder de su furia si Calypso es lastimada. Convencido que con esa respuesta puede estar causándole la muerte a su hija, el entristecido Zeus decide entonces entrevistarse con una de sus hechiceras, quien luego de mirar en su esfera mágica le aconseja enviar a un humano a rescatar a Calypso, no a un dios como Marte, Júpiter o Vulcano que con su presencia pondría en sobreaviso a Poseidón y causaría la muerte de Calypso. Zeus decide entonces utilizar a Kalimán para esto y ordena que lo saquen de las catacumbas, pero cuando sus soldados llegan ahí descubren la fuga de Kalimán y Solín. Zeus entra en furia y envía a Hermes con mensajes a todos los dioses del Olimpo: deberán encontrar a Kalimán y sin matarlo llevarlo ante él. Vulcano, el dios del fuego, es el encargado de revisar las catacumbas subterráneas, y aunque Kalimán y Solín logran evadirlo por un tiempo, el dios descubre eventualmente huellas suyas y los encuentra zambullidos en el río subterráneo. Intenta capturarlos calentando el agua del río casi hasta hacerla hervir, pero Kalimán en vez de rendirse atraviesa un túnel a nado arrastrando a Solín y logra escapar. Vulcano sin embargo no cesa en su persecución, y Kalimán no tiene más remedio que enfrentarse en feroz lucha contra los esbirros del dios. A punto de ser atrapado, Kalimán decide saltar al río desde una gran altura. El impacto contra el agua hace perder el sentido a Solín, pero Kalimán logra llevar al niño a través de más túneles a otra cueva cercana. Vulcano sin embargo queda convencido de que Kalimán murió y así se lo hace saber a Zeus, quien queda aún más entristecido al haber perdido la única opción para rescatar a su hija Calypso. Kalimán y Solín mientras tanto continúan caminando o nadando a lo largo del río subterráneo hasta que encuentran el sitio por donde el agua de mar entra al sistema de cavernas durante marea alta. Aunque tiene que esperar algunas preciosas horas a que baje la marea para usar ese túnel, Kalimán y Solín logran utilizarlo para salir al exterior.
Poseidón mientras tanto recibe la respuesta negativa de Zeus de cederle su trono, y enfurecido ata a Calypso a una guillotina que la matará al cabo de tres días. Sin embargo lo que Poseidón quiere es el trono de Zeus, no matar a Calypso, así que decide convertirse en águila para volar al Olimpo e intentar convencer a Zeus de que cambie de opinión. Cuando llega allí Poseidón le dice a Zeus que es uno de los pájaros de la isla de los pájaros que llegó a las islas del norte y pudo ver a Calypso sufriendo fuertes tormentos, y lo insta a hacer lo que pueda para salvar a su hija. Zeus sin embargo logra ver a través del disfraz de Poseidón e intenta capturarlo, pero Poseidón reacciona clavándole sus garras en la cara y escapando por un ventanal. Los guardias de Zeus acuden al oír la conmoción, y uno de ellos logra herir de un flechazo a Poseidón, quien a pesar de eso logra escapar y al llegar a un sitio más alejado vuelve a cambiar de forma convirtiéndose en murciélago para regresar a su palacio en las Islas del Norte.
Kalimán y Solín mientras tanto deambulan por la playa de la isla donde está el Olimpo buscando una embarcación para continuar su viaje hacia los dominios de Poseidón. No encuentran ninguna, pero sí un par de tortugas gigantescas a las que que Kalimán convence para que los dejen montar a él y a Solín en sus lomos y los lleven a las Islas del Norte. Eolo, el dios del viento, pronto percibe sin embargo el olor de Kalimán que le llega por el aire, y luego de advertir a Neptuno que Kalimán se encuentra en sus dominios se da a la tarea de buscarlo. Cuando investiga la playa descubre huellas recientes hacia el mar, así que sorprendido deduce que Kalimán y Solín se dirigen a las Islas del Norte a nado. A través del viento le hace llegar la noticia de sus descubrimientos a Hermes, y este lleva el mensaje a Zeus. El rey de los dioses se alegra de que Kalimán esté vivo, pero insiste en que debe ser capturado, no para matarlo sino para entregarle armas e instrucciones de cómo acabar con Poseidón. Eolo y Neptuno redoblan sus esfuerzos para localizar a Kalimán, pero él y Solín se esconden asiéndose de la parte inferior de las tortugas para evitar ser vistos desde el aire y eventualmente logran llegar a las Islas del Norte sin ser descubiertos. Se esconden en una cueva para dormir durante el día siguiente y recuperar fuerzas, y la noche siguiente se dirigen hacia el palacio de Poseidón evadiendo la vigilancia de los muchos guardias que vigilan. A pesar de los esfuerzos de Kalimán por entrar a la guarida de Poseidón sin ser visto, es descubierto dos veces. El primero en detectarlo es Eolo, quien percibe su olor en el viento pero impresionado por su audacia y valentía decide no impedir su avance sino informar a Zeus de lo que sucede. Poco después la lechuza guardiana de Poseidón también descubre a Kalimán, pero este la ataca con un dardo somnífero y así impide que de la voz de alarma. Desde los jardines Kalimán descubre a través de una ventana a Calypso atada a la guillotina, y la diosa lo ve a él, lo que le infunde fuerza para soportar su tormento. Kalimán sin embargo no puede entrar a liberarla, porque romper las rejas de la ventana delataría su presencia. En ese momento Solín es descubierto y atacado por uno de los guardias, pero Kalimán logra ponerlo fuera de combate aunque no antes de que gritara. Kalimán se viste entonces con sus ropas y les dice a los guardias que llegan que todo sigue bien. Poseidón sin embargo descubre el cuerpo adormecido de su lechuza y deduce que alguien está en sus dominios, alertando así a toda su guardia. Kalimán y Solín logran entrar al palacio, donde Kalimán le encuentra un escondite a Solín y luego, disfrazado de guardia, busca las habitaciones de Poseidón. Cuando las encuentra intenta entrar, pero otro guardia lo descubre y se lo impide. Solín mientras tanto ha descubierto una trampilla en el piso que conduce a un depósito, y cuando Kalimán regresa lo guía hasta ahí. Kalimán decide continuar sus investigaciones por medio de un experimento de desdoblamiento corporal; en caso de peligro Solín deberá indicárselo tocándole la frente con la punta de su daga. La forma astral de Kalimán visita de nuevo a Calypso y le infunde ánimos, y la diosa logra percibirlo. Luego Kalimán se dirige a las habitaciones de Poseidón, donde encuentra una serie de trampas, un espejo mágico que el dios del mal utiliza para cambiar de forma, y un libro que le revela varios de los secretos del dios del mal, por ejemplo que nació del fuego y puede ser destruido por él, y que tiene poder en los ojos, pudiendo convertir a sus enemigos en estatuas con solo mirarlos.
Mientras tanto uno de los espías de Poseidón en el Olimpo llega al palacio con la noticia de que Kalimán y Solín escaparon de las catacumbas de Zeus, y Poseidón se da cuenta de quién es su enemigo, ordenando inmediatamente redoblar la vigilancia del palacio. Solín se da cuenta de que miembros de la guardia se acercan y decide despertar a Kalimán, pero en su excitación tropieza y la daga de Kalimán cae por un orificio a otro socavón debajo del depósito. Desesperado, Solín agranda el agujero y se deja caer en él, encontrándose de pronto entre los cadáveres de un osario. Busca desesperadamente la daga, pero para cuando la encuentra ya los guardias de Poseidón han entrado al depósito y han descubierto el cuerpo inerme de Kalimán, amenazando con matarlo. Solín toma entonces una de las calaveras del osario y hace como si los muertos estuvieran saliendo de sus tumbas, asustando a los guardias que huyen despavoridos. Luego, Solín trepa por el agujero, regresa al depósito y con la punta de la daga toca la frente de Kalimán, indicándole que debe regresar. De regreso en su cuerpo, Kalimán vuelve a disfrazarse con las ropas del guardia y le pide a Solín esconderse de nuevo en el osario. Luego sale por la trampilla hacia el palacio segundos antes de que otro grupo de guardias regrese y tapone la entrada al osario, dejando a Solín atrapado y con poco aire. Kalimán trata de pasar inadvertido para encontrar a Poseidón, pero el dios del mal sale a su encuentro y les ordena a todos sus guardias desenmascararse para encontrar al intruso en su palacio. Kalimán obedece al igual que el resto de los guardias, pero transforma su cara y así logra confundir a Poseidón por unos instantes. Sin embargo el dios del mal es capaz de percibir muchos engaños y logra descubrir la identidad de Kalimán, quien no tiene más remedio que atacar a su contrincante. Inicialmente logra capturar a Poseidón e impedir que la guardia lo ataque amenazando al dios poniendo su daga en su yugular, pero Poseidón se convierte en buitre y logra desasirse de los brazos de Kalimán. Cuando la guardia se dispone a atacar, Kalimán llama a Poseidón cobarde pues solo con la ayuda de sus soldados accede a pelear. Poseidón le ordena entonces a su guardia no atacar, él mismo se deshará de su enemigo. Kalimán contraataca con una tea ardiente que hace retroceder a Poseidón, y luego se lanza escaleras arriba hacia las habitaciones de su enemigo. Cuando entra a la habitación logra evadir las trampas que viera antes y amenaza a Poseidón con destruir el espejo mágico, dejando a su enemigo convertido en buitre para siempre. Poseidón retorna inmediatamente a su forma humana, pero antes de que Kalimán pueda reaccionar pisa un botón oculto en el piso que abre una trampa secreta bajo los pies de Kalimán, quien cae por muchos metros a un pozo de agua pestilente y fría.
En el Olimpo Hermes le transmite el mensaje de Eolo a Zeus, y este, admirado por la valentía de Kalimán y sabiendo que Calypso está a punto de ser asesinada de todas maneras, decide atacar a Poseidón a pesar del peligro de muerte en el que pone a su hija. Los dioses encargados de dirigir el ataque son Vulcano, el dios del fuego a quien Kalimán ya conoce, Júpiter, el dios de los rayos y los truenos, y Marte, el dios de la guerra, a quien Zeus encarga de rescatar a Calypso. Kalimán mientras tanto ha descubierto un pequeño agujero en una de las paredes del fondo del pozo, y decide ensancharlo sumergiéndose repetidamente para quitar piedras de sus bordes. Eventualmente descubre un túnel, y adentrándose en él descubre que conduce a un lago en el exterior del palacio. Ya libre decide liberar a Calypso, pero antes de que logre hacerlo recibe un mensaje telepático de Solín: el aire en el interior del osario se ha terminado, y el niño está a punto de morir asfixiado. Kalimán logra llegar al osario sin contratiempos y rescatar al niño, pero cuando se dispone a buscar a Calypso fuertes explosiones empiezan a sacudir el palacio: Júpiter y Vulcano han iniciado su ataque. Cuando Poseidón identifica a sus agresores decide no matar a Calypso, sino usarla como rehén, y con ella en brazos abandona su palacio en llamas tratando de huir. Kalimán y Solín mientras tanto buscan a Calypso, y en la habitación de Poseidón quiebran el espejo mágico que le permitía al dios del mal cambiar de forma. En el exterior Kalimán logra localizar a Poseidón y se enfrenta a él para evitar que escape. Durante la lucha Poseidón le dice a Kalimán que por haber robado y tener consigo su juventud, si él muere Kalimán morirá también, una información que mas tarde resultará ser falsa pero que Kalimán cree en ese momento. Júpiter mientras tanto localiza a los contrincantes e intenta por todos los medios alcanzar a Poseidón con uno de sus rayos. Desafortunadamente Poseidón lleva en brazos a Calypso, y Kalimán piensa que si Poseidón es alcanzado no solo ella sino también él mismo morirán junto con su enemigo. Júpiter no tiene interés en escuchar lo que Kalimán tiene que decir, y así Kalimán no tiene más remedio que salvar la vida de Poseidón interceptando uno de los rayos de Júpiter con una gigantesca roca que lanza. Esto le da tiempo a Poseidón para huir con Calypso hacia un túnel, mientras Júpiter se ensaña contra Kalimán convencido ahora de que está aliado con el dios del mal. Eventualmente uno de los rayos alcanza de lleno a Kalimán, quien se desploma sin sentido. Júpiter descarga sus rayos entonces contra el túnel por el que escapó Poseidón y ayudado por Vulcano lo hace colapsar, aunque no antes de que el dios del mal monte en un grifo volador y llevando a Calypso en brazos logre escapar volando por el aire sin ser visto hacia una isla cercana. Júpiter, Vulcano y Marte quedan convencidos de que Poseidón murió en el derrumbe del túnel, así que deciden rematar a Kalimán. Solín logra detenerlos por unos instantes que sirven para que Kalimán recobre el sentido, aunque inmediatamente se da cuenta de que el resplandor del rayo de Júpiter lo ha dejado ciego. Cuando los dioses se dan cuenta de esto se burlan de él y deciden regresar al Olimpo dejándolos a él y a Solín abandonados a su suerte.
Aún estando ciego Kalimán decide continuar con la persecución de Poseidón, a quien cree vivo ya que él mismo está vivo también. Ayudado por Solín se dirige a la orilla del mar y se instala en un promontorio en donde efectúa un experimento de percepción extrasensorial que le permite percibir su propia juventud en el cuerpo de Poseidón, y así localiza a su enemigo y a Calypso en una isla cercana que Poseidón llama la Isla de la Muerte. Solín logra reconocer la isla en la distancia utilizando las descripciones de Kalimán, y Kalimán decide nadar hacia ella llevando a Solín en sus espaldas. En su segundo refugio Poseidón tiene otro aliado, un gigantesco perro de dos cabezas llamado Fedra a quien ordena vigilar a Calypso. Sediento de venganza Poseidón crea por medios mágicos un ejército de pájaros de fuego que envía al Olimpo a que destruyan el palacio de Zeus del mismo modo que él destruyó el suyo. Tras el ataque el Olimpo queda convertido en cenizas, y Zeus descubre por medio de un oráculo que Poseidón vive y que fue su atacante. Inicialmente Zeus no conoce el emplazamiento del segundo refugio de Poseidón, pero combinando la información que le llega del oráculo, de Eolo y de Neptuno consigue encontrar la pista de su enemigo. Luego ordena a todos los dioses del Olimpo que se dirijan a la Isla de la Muerte y acaben de una vez por todas con Poseidón. Mientras tanto Poseidón ha ideado otra manera de vengarse de su archienemigo, Zeus, y utilizando el poder petrificado de su mirada le roba a Calypso toda capacidad de movimiento; su idea es convertirla poco a poco en una especie de estatua viviente que le enviará a Zeus para que decore su nuevo palacio con ella.
Cuando Kalimán llega después de muchas horas de nado a la Isla de la Muerte descubre que está vigilada por una parvada de buitres gigantescos que los obligan a él y a Solín a huir hacia una pequeña cueva en la que logran atrincherarse mientras los buitres se asientan a la entrada esperando una oportunidad para atacar. La noche siguiente es muy oscura, y Kalimán la utiliza para escapar de la cueva, ya que los buitres no pueden verlo en la oscuridad. Cuando llegan a la guarida de Poseidón, Kalimán y Solín son atacados por Fedra, el gigantesco perro de dos cabezas. Kalimán tiene que enfrentarse a él utilizando solo su oído y su olfato, y Fedra lo obliga a retroceder hacia la entrada de la cueva. Cuando el monstruo va finalmente a lanzarse contra él, Kalimán se deja caer de espaldas y utiliza sus piernas para lanzar al gigantesco perro al vacío por un acantilado. De regreso en la cueva, Kalimán y Solín descubren a Calypso completamente paralizada. Poseidón los ha estado observando, y descubriendo que su enemigo está ciego le lanza su tridente por la espalda, intentando matarlo. Kalimán esquiva fácilmente el ataque, y se lanza contra su enemigo en una pelea cuerpo a cuerpo. Kalimán resulta ser mucho más poderoso de lo que Poseidón esperaba, y el mago, sintiéndose vencido intenta convertir a Kalimán en estatua viviente utilizando el poder de su mirada petrificante; pronto descubre sin embargo que por estar ciego Kalimán es inmune a él. Poseidón entonces intenta escapar de nuevo, pero Kalimán, utilizando solo su oído y percepción extrasensorial le lanza una espada que le penetra el hombro a su enemigo y lo inserta contra la pared de la cueva. Poseidón reacciona utilizando su poder sobre la tierra, y causa un gigantesco terremoto que derrumba el techo de la cueva sobre Kalimán, que finalmente pierde el sentido. Poseidón lleva a Kalimán al exterior de la cueva y allí usa sus poderes para abrir grietas en la tierra que dejan a Kalimán y a Solín aislados en un pequeño montículo separado del resto de la isla por profundos abismos imposibles de cruzar; la idea de Poseidón es dejarlos ahí para que mueran de hambre y sed y tengan tiempo de arrepentirse de haberse enfrentado a él.
Cuando Kalimán recupera el conocimiento se percata de que ha empezado a envejecer y empieza a perder sus fuerzas. Sabiendo que tiene poco tiempo más de vida pone en práctica su plan para escapar: desenrolla su turbante y le entrega a Solín uno de sus extremos, y luego lanza el niño más de diez metros por el aire, logrando que este cruce la grieta y llegue al otro lado. Solín entonces ata el extremo del turbante a una roca, y Kalimán, aferrado al otro extremo, salta al vacío y logra cruzar así la brecha, aunque con muchas dificultades pues está perdiendo sus fuerzas. Poseidón mientras tanto está preparando un brebaje con el que espera replicar los efectos del espejo mágico y poder convertirse en pájaro para escapar de la isla volando. Estando en ello es descubierto por Kalimán, quien utilizando la honda de Solín lanza una piedra contra la copa que contiene el brebaje quebrándola y derramando el líquido. Con una segunda piedra Kalimán alcanza de lleno los ojos de Poseidón, cegándolo temporalmente, y luego se lanza sobre él para arrancarle el medallón que contiene su juventud perdida. Aún muy debilitado Kalimán conserva sus conocimientos de judo tibetano y logra quebrar uno de los brazos de Poseidón, pero este, sabiendo lo que Kalimán busca, se arranca él mismo el medallón y lo lanza por una pequeña grieta que da al mar; con esto Kalimán pierde su única esperanza de recuperar su juventud.
Los dioses del Olimpo mientras tanto han llegado a la Isla de la Muerte e inician su ataque. Aprovechando que Kalimán está ocupado intentando recuperar el medallón, Poseidón corre hacia la salida de la cueva y lanza a sus buitres y a los pájaros de fuego contra los dioses que lo atacan. Marte entabla un feroz combate contra los buitres y termina venciéndolos, mientras Eolo se encarga de los pájaros de fuego; mientras tanto Júpiter lanza sus rayos contra la isla, y Neptuno crea inmensas marejadas que inundan las cuevas. La destrucción es terrible, y Poseidón pierde la vida cuando la cueva se desmorona y toneladas de rocas caen sobre él. Kalimán, cada vez más envejecido, intenta salvar a Calypso y a Solín de una muerte segura, pero pronto se da cuenta de que no hay escapatoria posible y de que también ellos morirán en la hecatombe que se ha desencadenado. En ese momento una vieja aliada, la diosa Venus, se aparece ante él y le muestra una salida secreta de la cueva por la que Kalimán escapa llevando en brazos a la paralizada Calypso y seguido por Solín. Llegan a una playa al otro lado de la isla, y ahí Kalimán empieza a despedirse de Solín y de Venus, pues está convencido de que pronto morirá por vejez. Venus sin embargo, considerando el arrojo y la valentía de Kalimán se decide a seguir ayudándolo mostrándole el manantial de la eterna juventud, un sitio muy secreto, prohibido a los humanos, que los dioses del Olimpo visitan cada cierto tiempo para mantener su juventud. Kalimán, decidido a luchar por su vida hasta el último momento, deja a Solín y a Calypso atrás, y siguiendo a Venus empieza a ascender unas escaleras interminables que acaban con sus últimas fuerzas. Cuando llega a lo más alto está a pocos segundos de morir, así que con su último aliento se lanza al manantial. Los efectos de esas aguas son milagrosos, y Kalimán recupera no solo su vitalidad perdida, sino también su visión. Luego regresa al sitio donde Solín y Calypso esperan y lleva a la diosa en brazos hasta el manantial, que le devuelve su capacidad de movimiento. Cuando Calypso recupera el habla deja muy en claro que está enamorada de Kalimán, un sentimiento que es recíproco por parte de Kalimán y que place mucho también a Venus, la diosa del amor. Calypso le entrega entonces un anillo a Kalimán que dice es prueba de su amor. Sin embargo Hermes, el mensajero de los dioses, los ha descubierto y creyendo a Kalimán cómplice de Poseidón lanza a todos los dioses del Olimpo contra él. Marte, particularmente enfadado, se lanza contra Kalimán, quien apenas puede defenderse utilizando una espada y un escudo proporcionados por la diosa Venus, que se pone de su parte. En la batalla que sobreviene Kalimán logra vencer a Marte cortando las riendas que atan a los pegasos de su carruaje y causando que el dios se estrelle estrepitosamente. Mientras él está ocupado, Calypso explica repetidamente que Kalimán no es su secuestrador y que por el contrario ella está perdidamente enamorada de él. Con esto salva la vida de Kalimán , pero en el Olimpo está profundamente prohibido que un mortal ame a una diosa. Con esto el resto de los dioses del Olimpo desisten de intentar matar a Kalimán, pero Eolo y Neptuno causan una tremenda tempestad que arrastra a Calypso hacia Júpiter, quien dice que la devolverá a su padre Zeus, y a Kalimán y a Solín hacia una playa aislada, donde terminan perdiendo el sentido. Despiertan muchas horas después, y cuando un grupo de marinos del barco de Nícolos y rescatistas del gobierno griego los encuentran descubren que han abandonado el mundo mitológico y se encuentran ahora en el mundo real. Los marinos dicen que los han estado buscando por cinco días, un tiempo mucho menor que los tres meses que Kalimán y Solín pasaron en las tierras de su viaje fantástico. Inicialmente Kalimán y Solín piensan que todas sus aventuras en ese mundo ha sido un extraño sueño, pero entonces Kalimán descubre en su mano el anillo que le diera Calypso y comprende que su aventura fue real.
EPISODIOS[]
- 310-351 en México (1971)
- 300-341 en Colombia (1981)
- 180-222 en México (reedición, 2002)
CREADORES[]
- Original de
- Rafael Navarro Huerta
- Modesto Vázquez González
- Guionista
- Héctor González Dueñas (Víctor Fox)
- Dibujo
- Cristóbal Velázquez (Crisvel)